Historia del proyecto
Emma y Edo se conocieron en Fuerteventura en 2017 y en mayo de 2018 ya habían comprado su primer terreno en Tenerife. Esto marcó el nacimiento de Tenerife Horse Rescue. Sin embargo, la primera aventura juntos de Emma y Edo fue muy diferente a los granjeros desaliñados como los conoces ahora. Primero trabajaron juntos en un espectáculo de danza en un hotel. Aprovecharon su experiencia en el mundo del espectáculo y la danza y trabajaron a distancia para financiar la construcción de su nuevo terreno y se esforzaron continuamente por desarrollar la construcción. Edo ha descrito sus sueños originales como "un rincón de animales donde todos fueran felices". Pues bien, ese rincón se amplía continuamente, transformándose en el hogar de cientos de animales diferentes y voluntarios. Sin embargo, las necesidades de los animales de la isla no dejaron de hacerse patentes y ahora Tenerife Horse Rescue es una organización sin ánimo de lucro registrada.
Emma había estado rodeada de animales toda su vida, ser nombrada la cabra favorita de su madre fue sólo el comienzo de su vida dedicada a los animales. Su primer rescate fue Iggy, un peludo cachorro blanco y gris de Inglaterra. Iggy fue el punto de inflexión para Emma, cuando se dio cuenta de que no se conformaría con uno. Lo ha tenido durante 15 felices y llenos de aventuras años (octubre de 2022). Edo sin embargo era muy novato en el mundo de los animales cuando conoció a Emma, siempre apasionado por ellos pero sin la oportunidad de tenerlos en su vida. Juntos rescataron por primera vez a una familia de gallinas y después a un gallo paralítico que necesitó cariño y fisioterapia antes de poder volver a andar. Ahora hay caballos, ovejas, cabras, burros, cobayas, conejos, periquitos, cacatúas, gallinas, patos, lagartos, perros, gatos y tortugas.
Al principio sólo eran Emma, Edo y algunos familiares que trabajaban la tierra para crear un alojamiento básico. Después de pasar por la experiencia de algunos comerciantes poco fiables, lugareños prejuiciosos, "ayudantes amistosos" competitivos y muchos fracasos financieros, buscaron ayuda en otra parte. Empezaron con un voluntario llamado Thomas, de una plataforma llamada "work away". Pronto se les unieron tres voluntarios que se alojaron juntos en una caravana. No había electricidad, agua corriente ni aseos. Tras darse cuenta de lo apasionados que son los voluntarios y de cuánta gente comparte su pasión por los animales y el medio ambiente, Emma y Edo empezaron a dar la bienvenida a su familia de la finca a más personas de Work away y a quienes llegaban a ellos a través de otros canales de las redes sociales. Ahora, uno de los puestos a tiempo completo de Emma es el de Recursos Humanos, con más de 10 solicitudes de voluntariado diarias a través de diversas plataformas, que ayudan a hacer realidad su sueño.